Perquè no un blog?

I perquè no un blog?

Redacto fulls i més fulls cada dia a la meva feina, però cap d’aquests escrits expressa les meves càvil·les, els meus somnis, anhels o vivències.

En cap d’ells deixo empremta del meu pas per la vida, ni reflecteixen com o qui sóc.

Així doncs m’he preguntat, perquè no escric un blog?

Ha de ser el meu racó de la calma, el refugi de la meva ment, el calaix dels mals endressos per les meves idees.

Ho enceto sense cap intenció d’arribar a ningú, només per tal d’apaivagar un neguit personal i començar el que pot ésser un diari de reculls, la bitàcora del meu passeig per la vida.

19/8/15

Big Bang / Big Crunch.

Al nacer, nuestro mundo es pequeño, más que eso, es "chiquito", ínfimo.

Se reduce a la luz sin detalle que recogen nuestros ojos recién estrenados, al timbre de una voz familiar, al olor, al tacto y al sabor de una madre.

Conforme vamos creciendo el círculo se ensancha y en él van entrando más personas. Nuestro padre y los hermanos, familiares cercanos, lejanos y los primeros compañeros de guardería.

El mundo ya no se limita a unas pocas caras conocidas y al espacio contenido en una habitación, sino que se extiende por un colegio y hasta por todo un barrio.

Seguimos creciendo y el entorno se deforma para dar cabida a más personas, amigos del colegio, profesores, compañeros de extra escolares.

Luego el instituto, con más de todo, profes, ligues, amigos, juergas.

El mundo, el nuestro personal, sigue expandiéndose y en él no deja de entrar gente y con ella también crecen los problemas, las tensiones y las responsabilidades.

Después de añadir lo que descubres en la universidad, te parece que ya no puede crecer más, pero te equivocas. Consigues un trabajo e introduces en tu espacio a los compañeros, los jefes y los espacios en los que desarrollas la actividad, incluida la cafetería del coffee break y la tasca donde tomas la cerveza con tapa del after work (con su camarero y todo).

Convencido de que aún tu mundo no es lo suficientemente grande, te apuntas al gimnasio y así ingresas unos cuantos colegas nuevos.

Cuando das un paso más en tu relación de pareja, los familiares de ésta se hacen un hueco en tu mundo a base de codazos (suegros, cuñados, abuelos, ...) y por sí te parecen pocos se suman también algunos amigos de él o de ella según sea el caso.

Te hipotecas con el pisito y, aunque no quieras, porque ya empiezas a notar que has perdido el control del crecimiento del que creías tu mundo, con ello añades a vecinos y tenderos de un barrio nuevo, a la ya ingente masa de seres con la que mantienes una relación.

Llegan los niños y con ellos el recuerdo del que era realmente tu entorno confortable y querido, limitado, controlado. Una época en la que te rodeaban menos personas y muchísimas menos preocupaciones.

Sin embargo la expansión no cesa y a tu mundo siguen sumándose más y más individuo: profesores de los colegios de tus hijos, padres de los compañeros, pediatras, ...

Los niños crecen y parece que van a abandonar el nido, sonríes porque con ello estrecharás algo tu círculo y podrás retomar parcialmente el control de ese mundo individual y egoístamente privado, que lleva años no haciendo otra cosa más que crecer y desparramarse sin medida.

Iluso, más que iluso.

Los hijos no se van, sino que a traición te presentan a su pareja y con ella, como una estampida de reses, se cuelan en tu vida toda su familia: consuegros y demás parentela política de segundo orden.

Además, en los tiempos que corren no esperes que eso ocurra sólo una vez, porque has de contar que cada hijo se casará por lo menos dos veces.

A estas alturas ya has alcanzado esa edad en que no estás para tonterías y decides reducir tu mundo a hachazos si hace falta. Retornar tu círculo de confianza en el que te sientes cómodo, en el que caben sólo "unos pocos".

Te compras un velero, o una autocaravana, o lo que quieras comprarte, pero pequeño, mínimo, y metes en él sólo a los tuyos de verdad, tres libros releídos y te echas a la mar, a las montañas o caminar por el desierto si lo prefieres, alejándote de todo.

Si no eres de los valientes que a golpe de timón y Mistral, decide partir en busca de la felicidad, llevándote contigo tu recién reducido mundo,  no te preocupes, la naturaleza hará el trabajo por ti.

De forma lenta y dolorosa verás que tu mundo empieza a menguar.

Si el futuro te castiga con una una vida larga y cobarde, descubrirás como la jubilación te retira compañeros y jefes, los hijos y los nietos reducen sus visitas, los amigos se dispersan, los familiares ascendentes navegan con Caronte y es muy probable que alguno de tu misma generación los acompañe en una partida prematura.

Si sigues acumulando años, al final tu mundo se reducirá a un asilo, con una habitación parecida a la del hospital dónde naciste, con una cama en la que recordarás a tu madre, mientras la luz sin detalle otra vez, entra en tus ojos cansados.

Tu mundo, no,  TU UNIVERSO, se ha expandido y comprimido volviendo al principio, que no es otro que la muerte, pues ésta a su vez es el inicio de un nuevo ciclo.

Es o no esto un claro ejemplo de la teoría del Big Bang / Big Crunch.

Igualada, a 19 de agosto de 2015.


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