Perquè no un blog?

I perquè no un blog?

Redacto fulls i més fulls cada dia a la meva feina, però cap d’aquests escrits expressa les meves càvil·les, els meus somnis, anhels o vivències.

En cap d’ells deixo empremta del meu pas per la vida, ni reflecteixen com o qui sóc.

Així doncs m’he preguntat, perquè no escric un blog?

Ha de ser el meu racó de la calma, el refugi de la meva ment, el calaix dels mals endressos per les meves idees.

Ho enceto sense cap intenció d’arribar a ningú, només per tal d’apaivagar un neguit personal i començar el que pot ésser un diari de reculls, la bitàcora del meu passeig per la vida.

16/8/15

Nadie conoce a nadie.

Nunca se llega a conocer del todo a una persona.

Ni siquiera después de compartir con ella media vida.

Ni tan sólo habiendo sufrido, amado, llorado, ... a su lado de forma ininterrumpida a lo largo de los años.

Puedes llegar a intuir cómo actuaría en una situación concreta, o su opinión acerca de un tema común, pero conocerla de forma completa e inequívoca, eso nunca.

Cuando menos te lo esperas te sorprende haciendo algo que nunca hubieras imaginado y a lo que no le encuentras una lógica conociendo, como crees conocer, tan bien a ese ser.

Te quedas sin argumentos cuando le descubres una debilidad oculta, una fobia o una manía que jamás habrías pensado que pudiera tener.

Al conocer ese secreto, sepultado por capas y capas de maquillaje humano, te planteas si realmente es quien tú pensabas o si has estado equivocado o engañado durante todo este tiempo.

Dudas de todo lo que conocías de él y evalúas si realmente existe tanta afinidad como creías, tanta complicidad.

Luego terminas por darle la vuelta al tema y decides que, el hecho de que te haya sorprendido después de tan largó recorrido juntos, es una suerte.

Significa que todavía hay cosas que aprender, recodos que explorar, cosas por descubrir.

Todo ello te anima a seguir viajando a su lado, con unas ganas renovadas y un brillo de curiosidad instalado en la mirada.

Hoy he aprendido esto. Parece poco pero no lo es.

Salgo a la calle y me siento diferente. Creía que lo sabía todo sobré mi y aún me sorprenden las cosas que pienso, que siento y que hago.

He consumido la mitad de mi esperanza de vida y me acabo de percatar de que todavía no me conozco del todo y es que, nadie conoce a nadie, ni siquiera a uno mismo.

Igualada, a  12 de abril  de 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario