Perquè no un blog?

I perquè no un blog?

Redacto fulls i més fulls cada dia a la meva feina, però cap d’aquests escrits expressa les meves càvil·les, els meus somnis, anhels o vivències.

En cap d’ells deixo empremta del meu pas per la vida, ni reflecteixen com o qui sóc.

Així doncs m’he preguntat, perquè no escric un blog?

Ha de ser el meu racó de la calma, el refugi de la meva ment, el calaix dels mals endressos per les meves idees.

Ho enceto sense cap intenció d’arribar a ningú, només per tal d’apaivagar un neguit personal i començar el que pot ésser un diari de reculls, la bitàcora del meu passeig per la vida.

16/8/15

Por primera vez.

¿Cuándo dejamos de ver en las personas que amamos, aquellas cosas que nos enamoraron una día?

La primera vez que vemos a la que termina siendo nuestra pareja nos atrae una sonrisa radiante, unas piernas bonitas, un culo bien puesto o cualquier virtud que tenga.

Luego nos colgamos de un ser vital y pasional, de una forma de vivir el peligro, de su manera de disfrutar de la aventura y la diversión, de la ternura que desprende o de aquello que cada uno escoja para colgarse.

Sin embargo, la convivencia y la rutina nos ponen un velo en la mirada. Dejamos de ver esa adolescente alegre y divertida, para ver sólo a la madre, la esposa, la compañera de trabajo.

Ya no vemos todo aquello que nos cautivó.

Recordamos la joven que nos enloqueció y pensamos que se ha transformado, que se ha convertido en otra persona distinta, que simplemente, ya no está.

Nuestra ceguera nos impide ver el ser que era, que sigue siendo aún y que nunca ha dejado de ser.

No ha perdido la chispa, está ahí, donde siempre ha estado, a flor de piel.

Para verla basta con retirarse el filtro negativo que se ha instalado en nuestros ojos.

Quitarle las etiquetas que le hemos colgado impunemente y mirarla sin prejuicios adquiridos. Entonces la vuelves a ver, es ella, siempre ha sido ella.

Te alegras de reencontrarla, te sorprendes volviéndote a colgar y te preguntas ¿cómo he estado tan ciego?

Hoy he ido a un concierto con mi esposa, con la que llevo casado 19 años e inevitablemente, me he vuelto a enamorar.

Ha sido fácil, sólo he tenido que mirarla como lo hice por primera vez.

Igualada, 29 de marzo de 2015.

A Estefanía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario