Perquè no un blog?

I perquè no un blog?

Redacto fulls i més fulls cada dia a la meva feina, però cap d’aquests escrits expressa les meves càvil·les, els meus somnis, anhels o vivències.

En cap d’ells deixo empremta del meu pas per la vida, ni reflecteixen com o qui sóc.

Així doncs m’he preguntat, perquè no escric un blog?

Ha de ser el meu racó de la calma, el refugi de la meva ment, el calaix dels mals endressos per les meves idees.

Ho enceto sense cap intenció d’arribar a ningú, només per tal d’apaivagar un neguit personal i començar el que pot ésser un diari de reculls, la bitàcora del meu passeig per la vida.

16/8/15

Una plaga.

Maldecía su suerte.

No podía creer que aquello le estuviera sucediendo precisamente a él.

Vestía una camisa sucia de explorador que se le pegaba al cuerpo por el sudor, debido sin duda al calor y la humedad del entorno, pero sobre todo al miedo y la rabia que sentía.

Tras catorce días de búsqueda por los manglares de Sumatra lo había encontrado y sin embargo nada resultaba como había planeado.

Hacía tan sólo unos minutos que había descendido de la hamaca en la que había tratado de dormir, sin éxito, tras la larga jornada del día anterior.

Si se hubiese percatado del silencio extraño que reinaba en el rincón de selva en la que habían improvisado el campamento de ruta, quizás los acontecimientos no se habrían producido de aquella manera.

Ahora estaba desmadejado sobre el terreno, en una posición extraña. Sus músculos, en una rigidez extrema, le impedían moverse. Respiraba de forma entrecortada y sus pulsaciones se iban reduciendo lentamente a medida que comprendía lo que había ocurrido.

Había llegado a aquel recodo de mundo como miembro de una expedición de la UICN (1), tenía por misión encontrar al último ejemplar vivo en libertad de Panthera tigris sumatrae.

Tras la extinción en el año 2037 de varias especies, el Tigre de Sumatra había pasado a ser el primero de los mamíferos en la Lista Roja de Especies Amenazadas.

Sin embargo, “el superviviente”, cómo habían bautizado cariñosamente al felino, lo había encontrado a él y lo había hecho en el peor momento, cogiéndolo desprevenido, a la hora en la que el hambre y el instinto cazador del animal le hacen más peligroso.

Era cerrada noche todavía, ya que la expedición buscaba al tigre cuando es más activo y descansaba en la horas más calurosas del día para tratar de dormir por la tarde.

El superviviente le había sorprendido agotado y con sus sentidos adormilados, era una presa fácil para un depredador diseñado especialmente para la caza, con una agilidad extrema y unas garras asesinas.

Ahora, desde su posición sumisa en el suelo, se arrepentía de haber ido a buscar a aquel animal en su jungla. Quién era él para intentar salvar al último ejemplar de su especie.

Resultaba irónico que él, que había ido en su ayuda, hubiera sido el que en un acto reflejo al verse sorprendido, apretase el gatillo del arma que le había quitado la vida.

Pensaba en todo esto mientras miraba el cadáver del animal reposando a escasos centímetros de dónde se había derrumbado, maldiciendo su suerte.

Igualada a 7 de abril de 2013.

NOTA: la deforestación, la contaminación, la pesca masiva e indiscriminada, las fumigaciones, ... , son sólo algunas de las formas que emplea el ser humano para diezmar la población del resto de seres vivos del planeta y es que el hombre no es más que una plaga para La Tierra, incluso cuando intenta calmar su conciencia.

(1) Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

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